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¿Es posible una guerra? ¿Cómo nos afecta?

  • Writer: Admin
    Admin
  • Sep 26, 2017
  • 4 min read

En las últimas semanas la tensión entre Estados Unidos (EE.UU.) y Corea del Norte se ha incrementado. El intercambio político entre Trump y Kim Jong Un es recurrente y desafiante. Hay quienes creen que se puede venir una guerra. Nos encontramos frente al periodo de mayor tensión nuclear desde la Guerra Fría mientras que las principales acciones de EE.UU. están en máximos históricos.

¿Qué está pasando?

Trump ha demostrado públicamente su preocupación por el programa nuclear de Corea del Norte. Incluso advierte una respuesta militar si se atreven a enviar un misil con dirección a EE.UU. El líder norcoreano cree que sólo desarrollando un arsenal de armas nucleares puede garantizar su permanencia como país independiente.

En los últimos años el mundo ha tendido hacia el desarme nuclear y EE.UU. considera un peligro el arsenal que está desarrollando Corea del Norte, particularmente con un líder inestable como Kim Jong Un. Trump está presionando al mundo para que se rompan todas las relaciones comerciales que existen con Corea del Norte. Hasta el momento esta medida no ha sido muy efectiva porque China, el principal socio comercial de ambos, no está dispuesto a ceder frente a las presiones de EE.UU.

Si Corea del Norte continua con sus pruebas nucleares, las tensiones podrían seguir incrementando y justificar una intervención militar de EE.UU. Por el momento, la diplomacia y la presión política han sido las alternativas utilizadas para solucionar el conflicto.

¿Es posible una guerra?

Nadie lo sabe. Las decisiones que puedan tomar ambos países son impredecibles. Existen varios factores a considerar, desde racionales hasta emocionales. La posibilidad de una guerra entre países siempre está presente, no sólo en estos momentos. El temor por un conflicto no significa que los precios de las acciones van a caer o dejar de subir. El miedo es sólo una de las tantas variables que determinan el precio de una inversión.

Muchas de las declaraciones y amenazas no son más que un proceso de negociación que busca debilitar la posición del adversario. En la mayoría de los casos, estas tensiones son solamente ruido y un conflicto de egos que no llegan a pasar a mayores. Una guerra puede suceder en cualquier momento o no suceder, así parezca que está por comenzar.

Vender y esperar no es una buena estrategia porque los rendimientos se dan en periodos breves de tiempo y de manera rápida. Históricamente, perderse los diez mejores días del año hace que el rendimiento anual se reduzca a menos de la mitad. Intentar anticiparse a la próxima gran caída no sólo es complicado sino también implica un costo de comprar y vender (intermediación), lo que reduce el rendimiento total de tus inversiones.

¿Cuál es la estrategia?

Mantenerte invertido en un portafolio conservador, diseñado para cuidar el dinero en los peores momentos y para participar de las subidas en el largo plazo. Un portafolio que invierta en dólares, a través de fondos indexados (ETFs) con alta liquidez que invierten en acciones y bonos de las empresas más importantes de EE.UU. y con mayor presencia en todo el mundo. Esta estrategia ha demostrado, una y otra vez, la capacidad para cuidar el dinero y hacerlo crecer en el tiempo.

En el caso de una guerra, de la mano de una caída importante en el precio de las acciones, se puede aprovechar la oportunidad para comprar valor a un mejor precio.

¿Cómo reaccionaron las acciones en guerras pasadas?

Reaccionan de manera distinta e impredecible. Por ejemplo, durante las tensiones nucleares por la crisis de los misiles en Cuba, los precios de las acciones de las principales empresas de EE.UU. subieron más de +10% en el mes siguiente al inicio del conflicto. Con el atentado a las torres gemelas, los precios se cayeron cerca de -10% durante el mes siguiente, para después recuperarse rápidamente. Con la declaración de guerra en Afganistán los precios subieron más de +10% en los siguientes treinta días.

Todos los conflictos son distintos y los intereses que están de por medio también, pero la historia nos enseña que EE.UU., su economía y sus principales empresas siempre logran resolver la situación, reinventarse e incluso posicionarse de manera más privilegiada.

¿Cómo puede afectar al Perú?

De darse una guerra, el impacto en Perú sería limitado. Los países de la región latinoamericana no representan más del 1% del comercio global con Corea del Norte. Las exportaciones a EE.UU. podrían verse afectadas, siendo el segundo mayor socio comercial de Perú. Sin embargo, el efecto sería limitado porque nuestras exportaciones están enfocadas en materias primas que son de necesidad básica (alimentos y minerales) en todo momento. Incluso, frente a una guerra, la demanda por minerales podría incrementar.

Por el lado de China, nuestro principal socio comercial e involucrado indirectamente en este conflicto, seguirán necesitando minerales como el cobre y zinc. El más afectado, pero positivamente, podría ser el precio del petróleo que históricamente ha subido significativamente durante periodos de guerra.

¿Qué recomendamos?

Recomendamos no especular y mantenerte invertido en un portafolio conservador. Históricamente, la economía de EE.UU. y sus acciones han avanzado de manera consistente a pesar de las dificultades, tensiones y crisis.

Al final, la confianza se recupera rápidamente y permite que las principales empresas y acciones recuperen su valor y crezcan. Con un portafolio conservador enfocado principalmente en EE.UU. se logra el objetivo de cuidar y hacer crecer tu dinero en el tiempo.

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